Actualizo el blog, aunque no tiene
nada que ver con las rutas por donde me muevo habitualmente me apetece que conozcáis
la experiencia vivida, es el reto que me propuse para 2015,con menos de dos
meses para prepararla entre unas cosas y otras, fue participar en una de las
rutas de carretera con más participación de nuestro país, La Clásica de los
Lagos de Covadonga.
Esta ruta es cicloturista, aunque como viene siendo habitual
en las marchas con la toma de tiempos hace que mucha gente se la tome como un
reto personal de superación contra el crono, vamos, una carrera, no era mi
caso, solo tenía en mente poder terminarla.
Desde el jueves y acompañado por la familia estuvimos por
Cangas de Onís que es de donde sale, la climatología hacía presagiar que la
ruta se iba a hacer especialmente dura, no paraba de llover, no había donde
meterse con dos críos pequeños!!! Los ratos de tregua eran para ir al parque a
quemar energía…
El viernes por la
tarde empezaba la entrega de dorsales y había una pequeña exposición con
artículos de primeras marcas, todo un deleite para la vista, para los dorsales
y la licencia por un día no hay que esperar cola, hay un montón de voluntarios
que te hacen darte cuenta de la importancia de la marcha, la feria está
empezando a coger color, se ve mucho movimiento de ciclista, muchos grupos, uno
ya se empieza a poner nervioso… acabaré? Lloverá?? Huesera? Donde me he metido,
menos mal que siempre se me viene a la cabeza mi amigo Pablo y hace que se me
pase un poco el canguelo, hay que ser optimistas.
Encontramos un restaurante Italiano cerca del pabellón que
rápidamente se empezó a llenar, eran las 20:30, la gente parece que tenía ganas
de irse a descansar tempranito…platito de pasta para recargar (tipo
profesional) con una cervecita y al
hotel a intentar descansar…
Sábado, día D,
a las 7 de la mañana estaba el tío casi preparado, los nervios no dejaban
dormir más a uno, lo primero que hago es asomarme por la ventana con los dedos
cruzados (bueno fue lo segundo)…orbayu lo llaman en Asturias, esa nieblina que
te pone pingando… menos mal que luego abrió un poco y la cosa se suavizó…
salimos hacia Cangas.
A las 8:10 intentamos dejar el conche en el parking de la
estación de autobuses, estaba petado, las esplanadas cercanas igual, tuve que
dar la vuelta y entrar por la otra parte de Cangas, menos mal que encontré un
hueco un una zanja que no molestaba junto a una gasolinera Repsol y ahí lo
quedamos.
A las 8:30 estaba el tío en la meta y la familia camino del
puente para ver la salida, no había visto nunca tanta gente montada en una
bicicleta, madre mía, la gente estaba de cachondeo esperando a las gaitas con
el famoso Asturias patria querida y el pistoletazo de salida… ya no había
vuelta atrás.
El resumen de la marcha es lo más fácil y al final uno
estaba mejor de lo que pensaba, el primer tramo hasta Ribadellesa pasa volando,
el grupo te lleva literalmente, no tuve la sensación de peligro por circular en
grupo que tanto se comenta otras veces, quizás no se tenía ese estrés de competición, si es
cierto que la ambulancia nos pasó varias veces a atender a ciclistas.
De Ribadesella a la falda del primer puerto, lo mismo, es un
terreno con toboganes muy suaves que te dejan llevar y coger velocidad, aquí
nos cayeron algunas gotitas de agua, pero nada que ver con lo sufrido en los
días previos. En las puertas de la Tornería está el primer avituallamiento,
paro a hidratarme y a coger comida, tengo intención de parar en todos, aquí
muchos ciclistas me pasan. Empieza Tornería un puerto precioso que los primeros
kilómetros se suben muy cómodos, me toca parar a ayudar un chico que había
pinchado y me comentó que llevaba tiempo pidiendo una bomba y nadie paraba, no
lo entiendo, tal y como lo cuento. Sigo la marcha y los dós últimos kilómetros
entra la niebla y las pendientes serias, se hace duro pero todavía estaba
fresco y lo subo bien. La bajada súper peligrosa, el firme con bacheado y muy
mojado, gracias a todos los voluntarios que señalaban los puntos más críticos
ya que si no quizás algo podría haber pasado, noté a la gente bajando muy conservadora,
era lo que requería la ocasión.
El siguiente puerto, el Alto de Ortiguero se sube muy bien,
casi ni te das cuenta es largo pero muy muy tendido, aquí subí en grupo
chupando rueda e intentando no perder mucha fuerza, parada de rigor en el
avituallamiento, platanito al cuerpo y relleno de botellas y disparado hacia
Soto de Cangas.
Aunque el tiempo de la subida se toma en Covadonga, se puede
decir que desde Soto el terreno empieza a picar hacia arriba.
En la rotonda de Covadonga ya se te ponen los pelos de punta
con la gente animando al personal, aquí empieza la fiesta de verdad, rampa a
rampa, curva a curva se va subiendo, pasé la Huesera sin poner pié a tierra y
supe que completaría la marcha, los lagos te ponen en tu sitio, pero quizás
podía haber subido un poquito más alegre. En meta y para mi sorpresa me estaba
esperando mi familia otro premio que no me esperaba y que me hizo mucha ilusión
que subieran, con el día como estaba fue todo un detalle y encima me ahorré la
bajada en bici, que eso si que daba miedo en el estado que estaba la
carretera!!!...
Gran experiencia, no hay lugar a dudas que la Clásica de
Lagos es una de las grandes, por su recorrido y por su ambiente cicloturista.
Os quedo mi pequeño resumen de la ruta: